Alfredo Tineo

Geólogo

Desde hace varios años que se repite la información mas frecuente en esta época sobre el déficit hídrico que sufre Tucumán, al igual que otras provincias del país, debido a la disminución de las precipitaciones y como reflejo inmediato los menores caudales en ríos y arroyos que alimentan los embalses y los canales de riego.

Estas variaciones que se observan en el inicio de la época de lluvias y en los caudales de las precipitaciones afectan fundamentalmente a la producción agrícola-ganadera y a la industria que se abastecen principalmente de agua superficial.

También en algunas zonas de la provincia está afectado el abastecimiento de agua potable a la población, aunque en este sentido más del 95% de las poblaciones de interior cuentan con perforaciones profundas que mitigan la escasez de agua superficial. En estas frecuentes crisis poco se mencionan los importantes reservorios de agua subterránea que distinguen a Tucumán, que convenientemente explotados pueden ofrecer una alternativa importante para el abastecimiento en general.

Grandes reservorios

Los estudios realizados en la zona del piedemonte entre Tafí Viejo-Lules y todo el frente de Sierra de Aconquija hasta sobrepasar La Cocha y los importantes reservorios de agua subterránea en la llanura oriental hasta el limite con Santiago del Estero, que forman una de las cuencas hidrogeológicas más importantes del país, con importantes recargas desde hace cientos de años, con aguas en general de buena calidad que cubren necesidades de abastecimiento humano, agricultura, ganadería y la gran demanda que tienen los ingenios azucareros.

Los ingenios consumen grandes cantidades de agua superficial y subterránea; es normal que cada establecimiento tenga cinco o más pozos en explotación, además de canales con agua superficial.

También son importantes los reservorios de agua subterránea en los valles intermontanos del norte y del oeste, la zona de Tapia-Trancas con excelentes posibilidades de explotación de los recursos hídricos subterráneos en la zona baja de los ríos Tala, Acequiones, Choromoro y Vipos. Además, la cuenca hidrogeológica del valle del río Santa María, fundamentalmente en la zona del faldeo de la sierra de Quilmes, con buenas posibilidades para un aprovechamiento mayor, imprescindible para el desarrollo de esas zonas.

El uso estratégico de las aguas subterráneas mitiga, en épocas de sequía, donde los cursos superficiales y los embalses se encuentran en situación de riesgo, asegurando la provisión permanente de agua al abastecimiento urbano, riego e industrias.

La eficaz adopción de estas medidas requiere de un adecuado conocimiento de los aspectos hidrogeológicos, mediante investigaciones y seguimientos de los niveles del agua en profundidad, de los caudales de explotación y la calidad de las mismas. Las aguas subterráneas ofrecen ventajas como fuente de suministro de agua potable por su amplia distribución espacial, su buena protección a la contaminación superficial, sus abundantes reservas y los menores costos de explotación, comparado con las grandes obras de embalse y los menores tiempos de ejecución.

La hidrogeología es una ciencia muy joven y su mayor desarrollo comenzó en las ultimas décadas del siglo XX, como consecuencia del incremento en la demanda de agua para uso intensivo en agricultura, industrias y abastecimiento humano. Con el desarrollo de modernos equipos perforadores de pozos de gran diámetro y el uso de equipos de bombas centrifugas verticales, se ha posibilitado la explotación de niveles acuíferos profundos, con rendimientos y calidad que cubre las necesidades en zonas alejadas de las fuentes superficiales de agua.

Tesoro oculto

El agua subterránea es un tesoro oculto, un recurso poco conocido debido a su almacenamiento en depósitos sedimentarios en el subsuelo y su investigación previa se realiza por métodos indirectos, aplicando tecnologías desarrolladas en otras ciencias afines como la geomorfología, la sedimentología, la geología estructural, la física, la química y la climatología que permiten determinar las variables del ciclo hidrológico en cada región, precisando las áreas de recarga, la circulación o flujo subterráneo y el almacenamiento en grandes reservorios.

Las variaciones climáticas que se observan es un fenómeno irreversible e inevitable debido a causas naturales o producidas por el hombre y sus consecuencias se observan con rapidez en la reducción de los caudales de ríos y arroyos. En cambio, en las cuencas subterráneas donde existen almacenamiento de agua no se observan en forma inmediata lo que permite mitigar el cambio, en caso de sequias prolongadas pueden afectar los niveles acuíferos freáticos o libres en principio, pero no a los acuíferos confinados que se recargan desde hace siglos y para su descenso requiere de tiempos prolongados y con una sobreexplotación del recurso, es decir sin un control adecuado de la extracción.

Los reservorios de agua subterránea en la provincia de Tucumán son extraordinarios, como pocos lugares del país, debido a las características geológicas del subsuelo y a las importantes precipitaciones anuales que recargan estos reservorios; esto lo conocen muy bien los productores de limón, caña de azúcar, papas, arándano y sectores productores de granos, que utilizan permanentemente sistemas de riego por aspersión o por goteo permitiendo una explotación racional del recurso.